Mamá, ¿de dónde vienen los tailleurs?
BREVE HISTORIA DEL TRAJE DE CHAQUETA PARA MUJER.
¿Te has preguntado alguna vez por qué Yves Saint Laurent propuso en los 60 el uso del smoking para mujer? ¿O qué buscaba Coco Chanel con las formas sencillas de sus prendas?
El diseño de moda no es simplemente formal. Muchas veces, detrás de las creaciones de los modistos, se esconden deseos de cambios en la sociedad, de búsqueda de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, de dejar atrás el pasado, para unos, o de revivir la sofisticación y buen gusto de épocas doradas ya pasadas, para otros…
A lo largo de una serie de artículos vamos a intentar resumir la historia de ciertas prendas, para entender qué fue lo que originó su creación y las propuestas de los diferentes creativos.
Como ya se menciona en el título, en el post de hoy veremos la historia del traje de chaqueta (o tailleur).
Espero que sea una lectura agradable.
John Redfern hace trajes de chaqueta desde principios de 1870, pero es en 1885 cuando esta casa inglesa, Redfern & Sons, da un giro hacia las formas francesas, dando lugar a la invención «oficial» de este conjunto para mujer. El tailleur se convierte en una prenda de día, al tiempo que forma parte de la equipación deportiva: para montar a caballo, en bicicleta…

John Redfern. Fotografía obtenida de lilyabshinte.com
Comienza a ser confeccionado en los «atelieurs-tailleur» por los modistos establecidos en Francia. Redfern & Sons se convierte en miembro de la Chambre Syndicale de la couture parisienne.

Tailleur Redfern &Sons, lilyabsinthe.com

Chaqueta de John Redfern, de 1885. Fotografía de lilyabsinthe.com

Ilustración del Tailleur Bar. Obtenida de Icon-icon.
El 12 de febrero de 1947, después de la guerra y en plena reconstrucción, Christian Dior presenta la primera colección de su maison couture, con una centena de modelos: el New Look. La redactora jefe de Harper’s Bazaar, Carmel Snowl, presente en el desfile, le dijo: «dear Christian, your dresses have such a new look!». Et voilà, así nace la expresión New Look.
El diseñador busca una vuelta a la feminidad y al chic del siglo precedente. Quiere dejar atrás la época de las «mujeres soldado», los looks espartanos. El New Look consigue muchísimos pedidos, sobre todo en el entorno de las stars del momento. Christian Dior acaba de agitar los códigos de la Moda con esta Nueva Silueta.
El Tailleur Bar forma parte de esta colección y es uno de los modelos con más éxito. Se trata de una chaqueta de cintura fina y pecho alto y marcado y una falda de línea corolle.

Tailleur Bar. Fotografía obtenida en Pinterest.
Madame Carven presenta para la Primavera-Verano de 1951 el Tailleur Esperanto, en alpaca blanca de Chez Buche. -Tuve la suerte de encontrarme en París durante el 2013 y de visitar la exposición Paris Haute Couture, en el Hôtel de Ville y ver de cerca este dos piezas de día, que forma parte de la Collection Haute Couture del Palais Galliera, también en París. Me sorprendió mucho la estrechez de la cintura y lo bien estructurada que está la chaqueta. Las cintas negras cruzadas, cuidadosamente colocadas, realzan el pecho y la cadera y afinan aún más la cintura. Ver estas prendas tan de cerca merece, desde luego, la pena. Recomiendo la experiencia y animo a quien visite París a informarse en la web del Palais Galliera (www.palaisgalliera.paris.fr) de si tienen alguna exposición temporal abierta en otros museos, porque la colección permanente del palacio no puede ser visitada, está cerrado al público. Por ejemplo, en este momento y hasta el 18 de Julio en el Musée Bourdelle está abierta una exposición sobre Balenciaga, y del 21 de Junio al 24 de Septiembre del 2017 otra sobre «Trajes españoles entre sombra y luz», en la Maison Victor Hugo-.

Tailleur Esperanto. Fotografía del Palais Galliera.
Volviendo a nuestra historia del traje de chaqueta, durante los 50 llega Gabrielle (Coco) Chanel, con el Tailleur Chanel (1954), anunciando los años 60. La apariencia, aunque simple, está muy buscada. Está compuesto de una chaqueta en tweed con doble botonadura y una falda lápiz a la altura de las rodillas. Coco diseña prendas cómodas para una mujer elegante y moderna, oponiéndose a las formas más encorsetadas de otros diseñadores. Lo presenta como un outfit válido para el día y la noche, simplemente cambiando de complementos.

Tailleur Chanel, 1954, imagen de Pinterest.
El tailleur rosa de Chanel que lleva Jacqueline Bouvier Kennedy el día del asesinato de su marido John Fitzgerald Kennedy (22 de Noviembre de 1963) forma parte de la historia. Fue su vestimenta más repetida, desde el 61 al 63. Incluso Marge Simpson lleva un Pink Chanel en uno de los episodios -dato que hará más interesante este post para mi hermana Rocío, loca de los Simpsons-.

Tailleur de jour, Balenciaga, para Vogue. Fotografía obtenida en Pinterest.
El español Cristóbal Balenciaga debe abandonar España por la Guerra Civil e interrumpe temporalmente sus tres casas de Madrid y Barcelona. Después de una estancia en Londres se establece, al igual que otros modistos, en París. Todos los apasionados de la moda tenemos en la cabeza la foto de su Tailleur de jour de Vogue (1951). Es el introductor del tailleur semiajustado en el delantero y con mucho volúmen en la espalda.

Tailleur Balenciaga, semi-ajustado, con volumen en la espalda.

Catherine Deneuve con Saint Laurent. Fotografía obtenida de Pinterest.
Llegamos a 1966: Yves Saint Laurent propone una versión del traje de chaqueta más masculino, andrógino: el smoking negro en tejido grain de poudre o terciopelo. Pierre Bergé, que acompaña a Saint Laurent desde 1958, dice: «en 1966 las mujeres no tenían derecho a ir al trabajo con pantalones, incluso en New York, en los restaurantes chics, las mujeres en pantalón eran rechazadas. Para las clientas que se visten en alta costura, era impensable salir sin llevar otra cosa que no fuese un vestido largo». El modisto quiere cambiar esto, democratizar la costura y no vestir solamenta a mujeres ricas, y lo consigue.
Durante los 70 el tailleur no se utiliza demasiado, pero en la década de los 80 vuelve con mucha fuerza, sobre todo gracias al cine, a las working girls de las películas americanas. Los trajes de chaqueta de grandes firmas representan el poder, y se convierten rápidamente en un básico del guardarropa de las mujeres de negocios.
Karl Lagerferld toma las riendas de Chanel en 1983, y presenta tres prendas en una sola: la robe manteau (vestido abrigo) que da la impresión de ser un traje por las bandas horizontales que lleva sobre las caderas. El modisto juega con sus propias reglas, pero mantiene el estilo de la maison.
Es imperativo hablar de Giorgio Armani y de su tailleur para la Business Woman, de líneas latinas y elegantes. Sus trajes son modernos, simples y atemporales. Su filosofía es hacer sentir cómodos y seguros de sí mismos a hombres y mujeres y no simplemente «decorar por decorar».
Donna Karan también continúa en los 80 y 90 con esta idea de traje para la mujer ejecutiva.
En mi opinión, en la actualidad, creo que en Estados Unidos se utiliza más el traje de chaqueta. Si bien es cierto que continúa su uso en Europa, no es la prenda de trabajo más utilizada por las mujeres, sobre todo entre las más jóvenes. Es mucho más fácil ver mujeres de 30 ó 40 años con tailleur en New York que en Madrid, Milán o París.
Karen Millen, Tory Burch en los Estados Unidos trabajan el vestuario de las ejecutivas. En París, Zoé Leboucher, creadora de Admise París diseña trajes 100% hechos en Francia, con líneas modernas. Daniel Lawson, desde Londres, es famoso por ser el creador del vestuario de la serie de abogados The Good Wife, convirtiéndose en un referente para las working girls que visten alta gama.
Yo no soy John Redfer, ni Christian Dior o Coco Chanel. Lo sé y no lo pretendo. Sería de una arrogancia imperdonable. Pero me encanta diseñar estos conjuntos. Los encuentro muy elegantes y quiero continuar con esta forma artesanal de dibujarlos y confeccionarlos. Tiene un encanto particular, me parece un sofisticado envoltorio para las mujeres. Intento diseñarlos con mucho amor y respeto a los Maestros de la Moda, buscando líneas y detalles bellos, que estén bien estructurados y realcen la silueta. Es mi pequeño homenaje.
Mientras escribo este artículo, me doy cuenta de que París ha estado siempre vinculado a estos trajes, incluso si han sido concebidos en otros lugares. También para Cruz Costa. Yo misma, antes de Navidad, desde España envié un May-Day a París. Nuestro próximo traje de chaqueta se llamará Tailleur Gabrielle. No por Madame Chanel, sino en honor a otra grande de la Moda,Gabrielle Cot, Meilleur Ouvrier de France y directora del Conservatoire de la Mode de París, a quien envié el figurín del traje, ya que yo, aprendiz de modelista, tenía problemas para desarrollar bien los patrones. Respondió a mi llamada de socorro y me salvó, con un prototipo hecho en alta costura, debido a la dificultad de la prenda. Espero vea pronto la luz y muchas lo querráis tener, o al menos algunas. Y mientras tecleo esto, junto las palmas de mis manos y rezo. Merci, Gabrielle!
Así que, para terminar, me planteo que puede que no sean los niños los que vienen de París, sino los tailleurs.
Y aprovecho para mandar muchos besos a mi madre, mi modista, mi compi, que me ha metido el amor por la Moda y el trabajo bien hecho directamente en vena. Continúa cosiendo mis diseños con mucho cariño y paciencia. Gracias a ti también, Macú.
Cuando le enseñé el borrador de este texto, después de leerlo, nos pusimos a hablar de todo esto y me comentó cómo París, tan golpeada en la actualidad, ha sido una ciudad de acogida para muchos inmigrantes, exiliados, profesionales de diversas partes del mundo que han podido desarrollar su trabajo, sus ideas y triunfar desde allí. Ha sido para muchos foráneos lugar de oportunidades y trampolín al resto del mundo.
Quería hablar solamente de la historia de una prenda, pero la historia, no importa de qué, nos hace siempre reflexionar. Con este pequeño resumen del traje de chaqueta hemos podido pensar en inmigración, exilios voluntarios o forzados -yo misma lo fui durante un tiempo en Francia-; así como en el machismo relacionado con la indumentaria y en cómo la moda ha sido parte de revoluciones de la mujer, de lucha por igualdad de derechos. También en guerras y reconstrucciones.
Y a mi amor, «siempre tendremos París».

Ilustración de uno de nuestros tailleurs, con espalda en tul, cintas de pedrería y volantes de gasa.
BIBLIOGRAFÍA:
– lilyabsinthe.com «John Redfern & Sons»
– icon-icon.com «Le Tailleur Bar de Dior»
– Libération Next «Dior royal au Bar»
– alaintruong.com «Tailleur de jour»
– palaisgalliera.fr «Tailleur Esperanto, Carven».
– cristobalbalenciagamuseoa.com «Principales étapes»
– m.nouvelobs.com «Histoire de mode: le jour où Saint Laurent présenta le smoking».
– madame.lefigaro.com «Ces marques qui réhabiltent le tailleur pour working girls».
– admiseparis.com
– pinterest.com
– m.elle.fr «Personnalités: Giorgio Armani».
Israel Galván y su espectáculo «FLA.CO.MEN»
Después de asistir a su espectáculo -no es la primera vez- en Bonlieu, Annecy, Julie, enamorada del Flamenco, nos envía un artículo sobre el bailarín sevillano Israel Galván.
Y ya que aquí hablamos tanto de Moda, añado que, personalmente, el corset de las fotos me parece fantástico. Un gran estilismo.
«Israel Galván y su espectáculo ‘FLA.CO.MEN'».
Encuentro en la tercera fase con un ovni del Flamenco. Pero, ¿qué animal es este, esta bestia de escena? Galván reinventa el flamenco una vez más entre danza contemporánea, arte marcial, concierto. El artista es alternativamente percusionista, pintor, actor, espectador y bailarín.
¿Cuál es esta lengua? ¿Qué se interpreta ante mí?
Algo nos recuerda al flamenco, por supuesto, pero otro algo nos aleja. Sale, se escapa del clásico, juega con los códigos, se transforma, se convierte en director de orquesta, baila con las partituras. Este artista único se convierte al filo del espectáculo en vanguardista, mago, provocador. Nos desvela sus obsesiones, sus músicas, sus rítmos embriagadores, estos gestos afilados, su estilo con generosidad.
Su libertad artística se impone. El bailarín cambia de vestuario, y sin filtro se desnuda. Nos invita a seguir sus pasos, nos sujeta de la mano, nos pierde, nos abandona por momentos. Galván se burla, rinde homenaje también y nos expone su dulce locura.
Acompañado de músicos y cantaores del entorno del jazz y del flamenco tradicional, Galván toma desvíos. Cada obsesión toma forma, él estructura, descompone y repite sus pasos, sus sonidos. No flamenco «puro» pero «profundo y loco» o «nuevo, por cierto».
Con esta impresión de que aquí y ahora todo se puede, Galván abre el mundo de los posibles. Nos pregunta a menudo y nos seduce siempre. Quien se deja llevar sin miedo a la experiencia artística será conquistado.
Por Julie Bouchex.
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Del ensueño a la creación: retrato de los creadores, por Julie Bouchex
- Tenemos nueva colaboradora en el Blog. No todo es moda en Cruz Costa, y desde Annecy, Francia, Julie Bouchex nos acercará a su universo LTAW, proyecto que comparte con su marido Yannick, su TinyHouse… Así como artículos sobre los procesos de creación en diferentes dominios, descifrar el enfoque de los creadores, actores de la vida local o internacional.
María Gondar.
Del ensueño a la creación: retrato de los creadores.
Creación de L-T-A-W (LOVE-TRIP-ARTISTIC-WAY). Un concepto, un arte de vivir, un blog de expresiones artísticas, una línea de conducta, un hilo conductor, el hilo de Ariadna, una génesis, el núcleo, el néctar de una pareja de creadores.
Con diversos modos de expresión, tales como la puesta en escena, la fotografía, la escultura, la canción, la escritura… Para mostrar sus sensibilidades -al natural, en crudo, o con algunos desvíos-, sus visiones, sus fantasmas.
Anclado en el tiempo o suspendido en un imaginario, LTAW propone un universo único, muy personal, a veces carnal, con esta obsesión del doble, de la libertad, de la fusión, de la introspección.
LTAW aborda temáticas como la naturaleza, el hombre perdido que busca locamente su fuente, que libera su corazón, que compromete todo su espíritu, su ser, en el proceso artístico. Temas como la discriminación, los límites de la locura, la belleza de un mundo mixto, la animalidad que puede dormir en cada uno de nosotros.
Siempre con la voluntad de crear una unión con otros, una pasarela entre la creación artística y el mundo, un intento, una búsqueda, expresar con o sin filtro, bajo formas diferentes y alternativamente, lo universal. Para seguir explotando los contrastes, las fragilidades y las contradicciones del artista.
Link al blog LTAW: http://ltaw.over-blog.com
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La mejor defensa es… un buen vestido.

Vestido marinero de rayas rojo/blanco
Estoy segura de que muchas mujeres estarán de acuerdo conmigo: un buen vestido puede hacernos sentir muy bien, y también puede tener el poder de hacer sentir muy mal a ésa que no nos quiere mucho, que nos somete frecuentemente a escrutinios y que, para desgracia suya, peca de envidia. Sin necesidad de nada más, sin ataques, sin palabras, sin herir. A veces, sólo hay que vestirse…
Con este guiño al mariscal Poniatowski -bromeando muy en serio-, escribo hoy sobre el poder de la imagen. ¿Qué efecto provoca mi ropa en los demás? ¿Qué dice de mí o qué pretendo que diga?
Obviamente, en esta época, no nos vestimos sólo para cubrirnos o abrigarnos. Lo hacemos como acto social. De un modo u otro todos, o casi todos, -incluso los que creen o aseguran lo contrario-, utilizamos la ropa como una extensión de nuestra personalidad, algo que nos define, nos identifica: «me gusta el deporte», «escucho Heavy Metal», «adoro el mar», «soy artista»… Ya sea con prendas, complementos, símbolos o tatuajes damos información de nuestro interior. Mostramos si pertenecemos a un grupo (Hippie, Punk, Hipster…), si nos interesa la moda o si nos da igual. Centramos la atención en lo que nos gusta de nosotros o intentamos disimular lo que nos disgusta o acompleja…
Vestimos diferente cuando, por ejemplo, acudimos a una entrevista de trabajo, porque somos muy conscientes de que la ropa es un mecanismo más de comunicación, una extensión de nuestro CV, una suerte de tarjeta de presentación, y con ella queremos provocar una reacción o aceptación por parte del entrevistador : «soy seria, responsable, inteligente, detallista…» Eso que llaman «buena presencia». Pero seguramente no iríamos vestidas de la misma forma a una cita, en la que lo que queremos transmitir es «soy divertida, sexy, guapa, coqueta…»
Personalmente creo que hay que saber qué es apropiado en cada momento, pero tampoco es necesario «disfrazarse» y esconder o anular la propia identidad. No creo que parezca más inteligente o profesional si llevo a todas mis entrevistas una camisa blanca y un pantalón azul marino, si no es algo que me ponga en otros momentos de mi vida. Ni enamoraré a nadie por presentarme en un microvestido de leopardo si no es mi estilo personal. Está claro que a una fiesta debemos ir vestidos de fiesta, y que ese atuendo no nos valdrá para ir al trabajo ni para asistir a un funeral, pero -reitero que es solamente mi punto de vista- entiendo la moda de una forma que sea consecuente con nuestro interior. El dress code nos ayuda a acudir de manera idónea y respetuosa en diferentes ocasiones, pero no es un conglomerado de normas cerrado que haya que acatar. Soy más de prendas que nos hagan sentir cómodas -ante todo-, que nos favorezcan, sean versátiles y que transmitan un mensaje de coherencia y seguridad en nosotras mismas.
Gente de Costa
Además de ser el segundo apellido de mi madre, elegí Costa para la marca por su significado, por mi vinculación al mar. Soy muy de costa. No sé si es amor u obsesión, pero necesito vivir cerca de agua, arena, puertos…
Le dedico este post a otro loco de las olas. A mí me gusta surcarlas a vela, a él surfearlas. Es el fotógrafo de mis shootings (en su estudio/galería de arte en A Coruña, A Fábrica do 13), aunque de profesión es arquitecto, y tiene una marca de tablas de surf artesanales -creo que no sabe cocinar, pero no se le puede pedir que haga más cosas-.
Le he encargado una tabla con uno de mis bocetos, para colocar en el taller y darle un toque marinero -además de mis maquetitas de barcos-, aunque sigo sin saber qué ilustración escoger… Me ha dicho que podría hacerla también añadiéndole algún tejido llamativo encima. Ya os enseñaré el resultado.
Creo que es importante hacer del lugar de trabajo un espacio atractivo, no sólo para los demás, sino para uno mismo, personalizado…
Si quieres surfear en una tabla tan fashion y exclusiva como la que yo tendré, puedes encargársela o, si lo prefieres, asistir a uno de sus cursos en Coruña y fabricarla tú misma. Aquí tienes el enlace a su Facebook:
RVDV- surf artesanal

Tabla homenaje a Picasso. Un repaso por sus etapas referidas a la ciudad de A Coruña.
Working outfits
Me encanta diseñar todo tipo de estilos, ya sea calle, cocktail, fiesta, novias…; pero hay algo que ha sido siempre mi debilidad: los outfits para el trabajo. Supongo que impresionada desde niña por las series y películas americanas, con esas ejecutivas siempre impecables con sus trajes de chaqueta y sus work dress de grandes firmas, subidas a esos tacones infinitos…
Estilo clásico actualizado.
Me he pasado horas y horas de mi vida pensando y dibujando este tipo de vestidos y trajes, buscando un estilo propio y coherente.
Soy de las que cree que con un vestido gris o azul marino siempre se acierta, por eso tengo unos seis o siete de cada color -vicio malo-. Nos evitan el temido je sais pas quoi mettre! cuando surge una reunión, entrevista o comida de trabajo.
Me gustan los cortes clásicos, adaptados a la época, con líneas modernas, pero no necesariamente de tendencia. Prendas que podamos guardar cuando nos cansen y ser rescatadas cuando nos apetezca.
Una working girl sofisticada.
No nos va a hacer ni más ni menos profesionales vestirnos de una forma u otra; no va a hacer más fácil la jornada ni menos doloroso el madrugón, pero sabemos cómo nos sentimos cuando llevamos un vestido que nos queda de muerte -esa dulce sonrisita por dentro-. Así que ¿por qué no arriesgar algo más con los looks de oficina? Bordados, encajes, transparencias o brillos no son sólo para fiesta si se usan de forma discreta; un detalle puede magnificar la feminidad o dar sofisticación.
La clave está en adaptarse a cada ambiente de trabajo, respetando su dress code, pero manteniendo nuestra propia identidad -aunque variando los estilismos-, siendo atrevidas y jugando, que para eso está la moda.

Vestido de bodoques turquesa, con cintura y hombros en tul gris, remarcados con pasamanería de brillos.
El vestido de bodoques de la foto está confeccionado en un tejido clásico -incluso infantil-, lana gris y turquesa, por encima de la rodilla, de corte sencillo, poco entallado aunque siguendo las líneas del cuerpo. La pincelada diferenciadora la dan la cintura y los hombros a la vista, cubiertos de tul gris y remarcados con pasamanería de brillos, de forma que vale para una jornada laboral, el after work o incluso para algún evento, si lo acompañamos de una joya o complementos más sofisticados, como estas sandalias grises de flecos de Pedro Miralles.
Estilismo vencedor
¿Dipuesta a apartar la falda tubo y la blusa y probar otras looks que resalten tu feminidad, hagan brillar tu personalidad y marcar así la diferencia?
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Y si lo que necesitas es ayuda, consejos, en workingoutfits.com, la sevillana Rebeca Ávila aporta claves para acertar con los looks de trabajo. Es el único site en España especializado en estilismos y lifestyle para la mujer profesional.
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